jueves, 8 de abril de 2010

NO TE PUEDO CREER


__- Pues no lo entiendo, qué quieres que te diga...
__- Es fácil: esta crisis nos golpea a todos... y algunas empresas de las que eres accionista están cayendo. Te lo expliqué hace dos semanas. No sé por qué no me coges cuando te llamo...
__- Sí, sí, eso sí... Puedo entender que sean malos tiempos para los negocios... pero, joder, ¿y las casas?, ¿y los pisos?
__- Han embargado la mayoría.
__- ¿Me las han quitado?
__- No, no... aún no, al menos... Son tuyas... pero no puedes venderlas.
__Raúl se tumbó en el sofá. Eran las nueve de la mañana. Se levantó, nervioso, corrió la puerta de la terraza y salió a ver el mar.
__Jorge Jiménez, su contable y amigo, salió tras él y abrió dos nuevas carpetas, extendiendo su contenido encima de una de las mesitas. El cesped, iluminado por el sol lucía perfecto.
__- Perdona, Jorge, no te he ofrecido nada... ¿has desayunado?
__- He tomado un café, sí.
__- Yo nunca desayuno... Suelo almorzar, pero más tarde. Decía mi padre que para empezar bien la jornada había que meterse un par de huevos fritos con panceta, que lo demás eran mariconadas.
__- Bueno, es la comida más importante del día, dicen, ¿no?
__- Sí, por eso la palmó a los cincuenta.
__- Ya, una lástima...
__- Bueno, para mí es ya una mancha borrosa y cuatro o cinco frases lapidarias que no puedo quitarme de la cabeza –y, señalando la piscina, suspiró-. Y ya ves, me dejó todo el imperio, todo a mí... Multimillonario a los veinte...
__- Ya.
__- No es justo, ¿verdad? Sé que lo piensas.
__- No, todo lo contrario. Hizo lo correcto –mintió Jorge.
__Raúl miró las carpetas, los documentos y demás, con cierta cara de pena, sabiendo que, fuera lo que fuese que Jorge había ido a contarle, serían malas noticias. Tenía orden de no molestarlo hasta la hora de comer, bajo ningún concepto, y si esa mañana se había presentado en la finca, con cara de muerto viviente, la cosa pintaba fatal.
__- ¿Tan mal lo he hecho? –preguntó.
__- No, Raúl, no... La economía no es una ciencia exacta en la que toda variable pueda ser controlada. Ciertos sectores han decidido reorganizar la situación y te ha pillado en medio.
__- No me marees, anda... Y sé sincero: ¿cómo está la cosa?
__- Fatal.
__- Joder.
__- Sí, estás en bancarrota.
__- Bueno, pero... ¿cuánto he perdido?
__- Raúl... Has perdido todo. Mira esto –dijo señalando unos gráficos-, ¿ves? Las deudas se te comen por dentro... Y, mierda, ¿por qué no sabía nada esto?, ¿qué cojones son estos desvíos?
__- Eso no te importa.
__- Has estado invirtiendo a mis espaldas.
__- Eh, es mi dinero.
__- No, Raúl, no... Era tu dinero. Pero eran cuentas de reserva, joder... destinadas a soportar diez años de vacas flacas.
__- ¿Y no queda nada?
__- Sí, te quedan las comisiones. Que tienes que pagar.
__Raúl encendió un puro. Nunca fumaba antes de comer, pero el tabaco lo hacía parecer menos nervioso.
__- Bueno, la he cagado, vale... No te pago para que me des lecciones, sino para que me arregles estas cosas... A ver, en serio... ¿cuánto me queda?
__- Nada, debes mucho dinero. Lo vas a perder todo.
__- No, todo no... No puedo perder la empresa de papá. Las otras no me importan, pero... cojones... y todo lo que tengo... ¿es que no vale nada?, ¿este jardín?, ¿los coches?, qué sé yo... ¿los muebles?...
__Jorge se sentó en una tumbona. Se quitó las gafas y se frotó los ojos.
__- El problema es que te queda patrimonio, pero no tienes cash, ¿entiendes? Eres lo que en el gremio denominamos un Donald Trump. Y la putada es que estás metido en remolino de créditos, intereses y deudas... que se va a ir tragando.
__- ¿Créditos?
__- Sí, Raúl, tres bancos financiaron la última operación... y salió mal. Para eso teníamos las reservas.
__- No... no sé...
__- Ya he vendido el Ferrari y casi todas las tierras de Argentina... Con eso consigo que no vayas a la cárcel. El hotel y los fondos amarillos dalos por perdidos... y esta casa está a salvo, de momento... pero la fábrica de tu padre...
__- Tienes que hacer algo, joder, eres un puto genio... Ya sé que te mentí, pero tienes que ayudarme... Todo es por la zorra de mi ex, que me sangró hasta la puta médula, con esos labios de guarra que se puso y el botox... y las joyas que se llevó... Me cago en Dios, y los putos críos estudiando fuera... Tienen más de treinta años, y me están jodiendo vivo...
__- Bueno, tengo un comprador para el barco.
__- No, el barco no.
__- Pues no hay nada que hacer.
__- ¿Quién es?
__- Un francés. Nos lo daría en negro y, siendo creativos, podríamos insuflarlo todo. No veo otra manera.
__- Pero es un barco acojonante, es una puta obra de arte... Mi padre pagó una fortuna por él... ¿Cuánto nos dan?
__- Paga bien. Paga muy bien. Se ha encaprichado... Pero hay que hacerlo ya.
__- ¿Por qué?
__- Porque alguien como yo podría aconsejarle que no lo haga, que es una locura. Además, si se entera de lo desesperada que es tu situación... ofrecerá la mitad.
__- ¿La mitad de cuanto?
__- La mitad seguiría siendo un buen precio.
__- No te puedo creer...
__- ¿Cómo?
__- Que me pidas que venda el yate de papá.
__- Sólo es un barco.
__- No, todo lo demás son cosas... sólo cosas... pero el barco...
__- El barco o la empresa, tienes que decidir.
__- Decide tú, yo estoy agotado.
__Y se tumbó en el césped. Una mariquita aterrizó en su frente.
__- Raúl. La empresa puede arrancar. Si no la levantas ahora es probable que termines perdiéndolo todo. Sé cuánto adoras ese barco pero...
__- Vale, llama a ese hijo de puta.
__- Lo hice ayer. Hemos quedado en media hora... en el puerto.
__- Dios... No te puedo creer...
__Y recordó que su padre había empezado trabajando como chico de los recados, que levantó un holding de la nada, que decía que Dios odiaba la mediocridad, que si estuviera vivo... no estaría tirado en el césped, mirando una nube con forma de mierda.
__Raúl se levantó, palmeó la espalda de Jorge y entro en casa.
__- ¡Voy a por la videocámara! Meo y nos largamos a vender el barco de los cojones...

Puedes descargar el vídeo aquí.

Publicado originalmente en Roncando en el Nostromo.