miércoles, 7 de abril de 2010

EL CIRCO DEL LEÓN


__- ¿Tan mal estamos?
__- Peor.
__- Joder, ¿y qué vamos a hacer?
__- Nos largaremos. Aunque no estemos en verano... si vamos hacia el sur... No lo sé, la verdad, no lo sé.
__Gregor se sirvió otro vaso de vodka. A estas alturas, no merecía la pena andar ocultando su alcoholismo. A su izquierda, Minkoff, el payaso más lamentable de Oriente: nadie sabía cuál era su verdadero nombre y todos sospechaban que se había sumado al Circo del Norte porque andaba huido de la justicia. Al otro lado, Igor, sobrino de Gregor: un crío de treinta y cuatro años, que nunca había dado un palo al agua. Como de costumbre, Igor no se molestaba en ocultar que la consola de videojuegos que estaba utilizando se la había robado a un chaval, durante la última función. De eso hacía cuatro meses.
__Habían llegado a París y las cosas no iban bien. El ayuntamiento les acababa de denegar el permiso para instalar la carpa. Las obras estaban paradas, los integrantes disueltos en la gran ciudad y la cuenta del banco en números rojos.
__- Gregor, eh... ¿No crees que va siendo hora de dejarlo?- preguntó Minkoff.
__- ¿Dejarlo? No, hombre, no... Hemos pasado por cosas peores... ¿Por qué?, ¿qué tienes en mente?
__- ¿Yo? Nada.
__- Espero que no nos dejes plantado, amigo... Cuando esto se ponga en marcha no quiero tener que ir a traerte de los pelos...
__- Tranquilo, estoy bien aquí... pero...
__- Sé que no lo ves claro, pero... Atiende, mientras tengamos al león todo irá bien, ¿entiendes?. Es la estrella, lo que nos hace especiales. No hay circo que pueda competir con él...
__- Es un león como otro cualquiera...
__- No, no, no... Escúchame, payaso de mierda. Es un ser extremadamente noble... “El Circo del León”, así quería llamar yo llamar a nuestra pequeña familia, ¿te lo he contado alguna vez? -preguntó, ebrio.
__- Pues...
__- Pero mi padre no me dejó. Dios mío. Ahora él está muerto y nosotros somos pobres... ¡Pero tenemos a Yuri! Mi hermano nos sacará de ésta.
__Yuri era un buen domador, nadie lo dudaba, pero ni él, ni el león, ni nadie en toda Europa podía detener lo inevitable: la gente no quería ir al circo. Al menos, no quería pagar por hacerlo.
__Marcos entró, nervioso, se sentó con ellos y resopló de manera teatral.
__- ¡Deja eso, coño!- le dijo a Igor, que siguió jugando.
__- ¿Qué te pasa Marcos?
__- Zaira, la leona, que ha atacado a una puta reportera que estaba haciendo el idiota en lo de la entrevista de los cojones.
__- ¿Qué?- saltó Gregor.
__- Tranquilo, está bien... Está echando la siesta en la furgoneta.
__- Ah, joder... ¿Y la reportera?
__- Sí, sí, también, sólo le ha arañado. Una imbécil, me cago en su padre.
__- Esto no es bueno, Gregor... No es la publicidad que necesita el circo- dijo Minkoff.
__- Lo que el circo necesita es un alcalde menos gilipollas. Recogeremos nuestras cosas e iremos al sur, a España, ahí saben apreciar el arte mejor que estos hijos de puta...
__Se sirvió otro vaso pero, cuando lo acercó a la boca, algo lo distrajo.
__- ¿Qué coño pasa ahí?
__Fuera, al otro lado de la lona alguien gritaba histérico. Se levantaron.
__- ¡El león, el león!
__Un trapecista, semidesnudo, chocó con ellos.
__- Ha cogido a tu hermano, Gregor, ¡lo tiene atrapado!
__- Coge la escopeta, Igor. En la caravana, ¡corre!- dijo Minkoff.
__El chico corrió hacia la salida.
__- ¡No! ¡No podemos matar al león!
__- Pero, ¿qué estás diciendo? Es tu hermano, míralo...
__- No, no le hará nada, están jugando... Mira, no hace nada...
__- Está sangrando de la pierna, joder, lo tiene pillado...
__- Que no, no podemos hacerlo, sería el fin...
__- Pero, es Yuri...
__- Él está de acuerdo... ¿Verdad, Yuri?- gritó.
__Pero Yuri no decía nada. Y Gregor salió a buscar ayuda, después de beberse de un trago la media botella que quedaba.
__Igor sacó su móvil de una riñonera. Minkoff lo vio. Se puso nervioso.
__- No es buena idea llamar a nadie, Igor. Mejor lo arreglamos nosotros.
__- Tranquilo, que sólo voy a grabar un vídeo.
__Minkoff no entendió.
__- Sí, en Internet he encontrado un tío que se inventa historias con cosas como ésta, igual se la mando a ver qué pasa.

Puedes descargar el vídeo aquí.

Publicado originalmente en Roncando en el Nostromo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Secuencia terrible... no sé que me ha causado más impresión: la indefensión del hombre atacado o la muerte del león.