martes, 20 de abril de 2010

COCINA RÁPIDA


__- Lo siento. No sé qué más puedo decir...
__- No es culpa tuya, Pablo.
__Pero sí era culpa suya. Y todos los presentes lo sabían. Había logrado el puesto de coordinador gracias a su amistad con los cocineros vascos y ahora todo se había ido al garete.
__- Podríamos probar con Adriá. Tengo su número.
__Todos lo miraron, sin entusiasmo.
__- Déjalo, Pablo. Mira... Vamos a discutir otros asuntos, así que...
__- Oh, entiendo.
__- Habla con María y revisa bien el dossier de los Sutter, a ver si podemos arreglarlo, ¿de acuerdo?
__- De acuerdo.
__Y salió de la sala.
__Se apoyó en la puerta, abatido.
__- ¿Está usted bien?
__- Tutéame, Maria. Yo lo hago, ¿no? –dijo Pablo esforzándose por mostrar una sonrisa decente.
__- Es... por lo de los cocineros, ¿no?
__- Tú también lo sabes.
__Ella asintió.
__- Joder. Te juro que... no era un farol. Los tenía. Estaban dispuestos a darlo todo.
__- Lo sé. Todos lo saben...
__“Si no, ya estarías fuera de la empresa”, quiso añadir ella. Pero en su lugar, le entregó una carpeta.
__Pablo la abrió y comenzó a leer sin leer.
__- Toda la quinta planta, ¿eh?
__- Sí, y el precio es bastante bueno.
__- Conozco al director del hotel.
__- ¿En serio?
__- Sí, es Phil Barret, un pijo imbécil de Washington. Sus padres y los míos montaron juntos un... un gimnasio, creo...
__- Qué coincidencia.
__- No. Hablé con Jordi y lo colé en el listado.
__Cerró la carpeta. Ella no llegaba a comprender.
__- Me debe un favor. Sacaré un precio cojonudo.
__- Buena jugada.
__- Sí, pero voy a necesitar algo más para arreglar el desaguisado de los cocineros.
__- ¿Por qué no hablas con el Señor Vega? En Frankfurt organizó un espectáculo...
__- ¿Lo de la ópera?
__- Sí.
__- Es de mal gusto.
__- Ella lo miró. Quiso preguntar por qué había dicho eso, pero sólo era una secretaria.
__- No me malinterpretes –se apresuró él a señalar-, no lo digo por los desnudos. Me... me gustan los desnudos.
__- Pero los Sutter...
__- Eso es. No podemos cagarla. ¿Has redactado tú el informe?
__- Eh... No, no exactamente; sólo le he dado forma. No sé quién... Estaba todo en el directorio.
__- Bueno, pero has leído algo, ¿no?
__No se lo había leído. Había copiado, pegado, seleccionado, igualado el tamaño de la fuente y poco más.
__- Tranquila, no pasa nada, yo también lo dejé a medias. Pero... Mira, en la cuarta página lo dice bien claro: son amantes de la gastronomía y los eventos públicos.
__- ¿Por qué no organizáis un concurso?
__- No sé... Ya lo hablamos en su día, pero... Es por el jurado, que tiene que ser de allí... Y nadie se presta a ser juzgado por...
__- Pero si...
__- Ya sé qué vas a decir. Pero es un país de mierda.
__- Pues que sea un concurso de gastronomía oriental. Que ellos lo guisen y ellos se lo coman.
__Pablo dejó la carpeta sobre la mesa. María la tenía ordenada de forma simétrica, algo que a Pablo de gustaba especialmente.
__- Llama a Alex –dijo él.
__- ¿Gutiérrez?
__- Sí, dile que busque algo exótico. Algo raro... que sorprenda. Quiero un concurso de comida local... y si no tienen nada especial, nos lo inventaremos. Cuanto más raro mejor... No sé, que cocinen en plena calle, bajo presión... Comida rápida, por ejemplo, pero con ingredientes insólitos... Eh, no sé... Hojas de morera, reptiles, pajaritos enanos... o murciélagos... me da igual. Lo que sea, ¿me explico?
__- De acuerdo –contestó María cogiendo el auricular.
__- Se lo explicas y le dices que tiene media hora para contarme algo, que lo espero en mi despacho.
__Y se giró.
__Tomó aire.
__- ¿Vas a entrar? –preguntó ella.
__- Sí, tengo que arreglar lo de los putos vascos como sea.
__- Suerte.
__Él se giró. La miró. Veinticinco años, morena, delgada y con unos enormes pechos a punto de reventar una blusa azul.
__- Escucha... Si me dan carta blanca, tú y yo vamos a ir a celebrarlo –le dijo él.
__- Tengo novio...
__- Pues lo mandas a paseo.
__Pablo abrió la puerta y entró en la sala de reuniones.
__Diez minutos después salió, contento, con un presupuesto más que jugoso. Habló con un entusiasmado Gutiérrez y organizó el concurso.
__Quedó con María a las ocho. Bebieron siete tequila sunshines cada uno. A las diez se besaron. A las once, hicieron el amor por primera vez. Más tarde, repitieron.
__A las nueve de la mañana ella lo llevó al aeropuerto. Se besaron, aunque ambos sabían que aquello no volvería a pasar.
Ninguno de los dos habló de los Sutter. Y ninguno de los dos terminó de leer el informe, que quedó sobre la mesa de María.
__En la página treinta y tres, un extenso párrafo describía la implicación de la familia en diversos actos contra el maltrato animal. Según el redactor, eran especialmente puntillosos en ese tema, hasta el punto de donar cientos de miles de euros a diversas asociaciones relacionadas con la defensa de los animales y aprovechar cualquier oportunidad para condenar sin paliativos cualquier manifestación de tortura hacia cualquier ser vivo.
__El concurso se llevó a cabo.


Puedes descargar el vídeo aquí.

1 comentario:

Rose Kavalah dijo...

Joder tío, qué hijos de puta. Creo que cada día soy más misántropo